Pavlov, médico ruso, observó casualmente que a los perros que tenía en su laboratorio, les bastaba oír los pasos de la persona que les traía el alimento para comenzar a salivar y a segregar jugos gástricos; es decir, daba la sensación de que los perros habían aprendido a anticipar la comida.
Eso aumentará su apreciación sobre ti
